
EL DUENDE DE ZARAGOZA
Un misterio sin resolver
Radio en vivo
Noviembre de 1934, Zaragoza
Los vecinos del inmueble número dos de la calle Gascón de Gotor duermen plácidamente. De repente una voz, un aullido se escucha
a la altura del segundo y tercer piso. Los vecinos acuden pero no hay nadie en los rellanos. Pocos segundos otra voz.
Esta vez parecía más bien una carcajada. Sin embargo en el
bloque seguía sin haber nadie. Se realiza una llamada a la Policía Armada.
Todo recordaba a lo sucedido hacia
unas tres semanas antes; unas carcajadas que parecían sobrenaturales se apoderaban del inmueble. El miedo se
infunde en los vecinos. Uno de los presente dijo: "esto parece cosa de un duende".
Pascuala Alcocer, criada de la familia del segundo derecha, recogía la cocina y fregaba los cacharros.
Al terminar comenzó a limpiar la hornilla de la cocina. De repente una voz “¡Qué me haces daño!” Pascuala
no daba crédito a lo que había escuchado. Con el rostro pálido pidió ayuda a Isabel, vecina del segundo
izquierda y juntas volvieron a comprobar la hornilla, escuchando de nuevo la misteriosa voz. Apagaron la
luz para alejarse de la cocina y se volvió a escuchar la voz “¡Luz, que no veo!”.
Con el escándalo la familia Grijalba, los inquilinos de la vivienda, despiertan. Todos acuden a la cocina.
Pascuala e Isabel asustadas cuentan lo sucedido. El señor Grijalba abre de nuevo el hornillo y la voz responde
“¡Mariaaa! ¡Mariaaa!” Al poco tiempo el matrimonio Palazón, dueños del inmueble entran en la vivienda. Antonio
Palazón de nuevo abre el hornillo y vuelve a hurgar dentro. La voz se escucha de nuevo “¡Ayy! ¡Ayyyyy!” Entre
todos deciden no avisar a la policía. Al fin de cuentas la voz había desaparecido y creían que no volvería.
Todo parecía haber vuelto a la normalidad. Pascuala estaba cerrando puertas y armarios para recoger e
irse a dormir. Cuando apago la luz de la cocina y salió por la puerta… “¡Adiós!” dijo de nuevo la voz.
La pesadilla continuaba…
La voz del Duende
Tras un intento fallido de es esconder el suceso, la noticia se hace eco de la prensa y medios de comunicación.
La gente acude al portal expectante con la esperanza de poder oír la “voz del duende”. La familia Palazón
tras haber mirado conductos, tejado, el hornillo y un sinfín de posibilidades decidió poner el caso en manos de las autoridades.
Se llamo al arquitecto del edificio, Alberto Huerta Martín, para indagar haber si había alguna anomalía en
la construcción. Cuando su ayudante saco el metro para medir el hornillo se escucho “¡Mide quince centímetros!”
Fue la voz del supuesto duende y efectivamente media quince centímetros.
La Policía Armada tomo custodia del edificio. Estaban a la espera de encontrar al graciosillo de todo esto.
Mientras anochecía ocurrió lo que todos esperaban… “¿Para qué tanta policía?” Los agentes desenfundaron sus
armas pero no tenían contra que o quien disparar. Tras el informe de los agentes el comisario de vigilancia,
Pérez de Soto, llamo inquieto al juez Pablo de Pablos, quien tomó las riendas del caso.
Tras muchas pruebas de conductos, cables, antenas, radios… y todas ellas con resultado negativo, el
juez decidió que las familias del bloque abandonaran sus viviendas por el momento. Todo continuaba igual,
la voz seguía hablando cuando quería y allí no había posibilidad de truco o broma. La noticia avanzaba en
los medios de comunicación tanto nacional como internacionalmente, cada día más gente acudía al lugar
“encantado”, los bromistas sabían cómo llamar la atención gastando bromas… el caos social llego a tal
punto que hubo alguna que otra carga policial contra la masa de curiosos frente al portal.
Investigaciones
La noticia llego a manos del gobierno y se encargo la DGS (Dirección General de Seguridad) de la investigación del caso. Otero Mirelis, gobernador civil de Zaragoza escribió el siguiente comunicado:
Son ya muchos los días que se está tratando la cuestión del “duende”, sin que se haya puesto la menor dificultad a la exposición de las más variadas noticias y comentarios, que no han tenido otra virtualidad que la de colocar a Zaragoza en un plan de actualidad, no sabemos si beneficioso o perjudicial. Al objeto, pues, de evitar ridículos y situaciones poco gratas, creo que será prudente y necesario silenciar el asunto hasta que la policía descubra al que, con sus espaciada monosilábicas frases, ha llegado a atraer la atención del país y tal vez preocupar a algunas personas. Confío en que muy pronto hemos de conocer al chusco y que así desaparecerá la infundada inquietud que este hecho haya podido despertar, y por ello ruego a la prensa atienda mi indicación.
Según el psiquiatra Joaquín Jimeno, y con el apoyo de entre otras, una de las hipótesis de la causa de esto,
era que podía tratarse de un
extraño caso de ventriloquia inconsciente por parte de la criada Pascuala. Sin
embargo, la muchacha realizo un viaje durante unos días y la voz seguía latente en aquella cocina.
La tarde del 25 de noviembre llega al inmueble Asunción Jiménez Álvarez, espiritista y médium.
Esta mujer junto a algunos compañeros de “profesión” realizaron una sesión espiritual en total
secreto para intentar contactar con el supuesto bromista. Hacia las once de la noche y tras
supuestamente haber contactado con el ente, Asunción muere súbitamente.
Don Luis Fernando, Juez del Distrito 3, tomó el relevo del caso harto de que nadie diera una
respuesta lógica al suceso o encontrara al timador. Después de tres semanas desde el inicio de
todo, no existía respuesta o justificación a tal fenómeno. Se seguían manteniendo conversaciones
entre las autoridades y el supuesto duende. Una de ellas fue así:
-¿Quién eres? ¿Por qué haces esto? ¿Quieres dinero? ¿Quieres trabajo?
-No
-¿Qué quieres hombre?
-Nada; no soy hombre.
Último mensaje
Sin embargo estas no fueron sus últimas palabras, una noche sin que nadie se esperase lo que sucedió,
la voz desapareció dando un último mensaje “¡Voy a matar a todos los habitantes de esta casa!
¡Cobardes, cobardes, voy a matar a los habitantes de esta maldita casa!” y como punto final
sonó una gran carcajada que ponía los pelos de punta.
Las voces desaparecieron para siempre en ese momento. En la actualidad y tras muchas investigaciones,
se sigue sin dar respuesta lógica a esas voces. El edificio de la calle Gascón de Gotor fue
derrumbado y en honor a este suceso el nuevo edificio que se levanto en su lugar fue llamado
“edificio duende”, ya que, según la prensa, la única explicación que existió fue que las
voces provenían de un pequeño duende.
Alberto Muñoz Rodríguez
Podcast oficial Mundo Insólito Radio